martes, 27 de noviembre de 2007

Serrat y Sabina vuelan alto juntos


Son como un viejo matrimonio que a fuerza de años ha aprendido a tolerar las diferencias y conjugar las semejanzas. Uno es catalán, el otro andaluz, y ambos forman la mayor dupla artística que haya concebido España en los últimos tiempos.

Desde hace cinco meses Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina recorren Iberoamérica con su gira compartida "Dos pájaros de un tiro", donde sus particulares estilos se confunden creando nueva poesía con la que le cantan, sobre todo, a la amistad.

"Llevamos sesenta y tantos conciertos y no los aparentamos porque lo hemos pasado bien. Además él está muy simpático", dijo Serrat mientras le guiñaba un ojo a su compañero el lunes, durante la presentación de los siete conciertos que darán en Argentina.

No fue una conferencia de prensa. Lejos estuvieron los españoles de la solemnidad. Frente a unos 30 periodistas Serrat y Sabina improvisaron una charla de café en la que recorrieron todos los temas sin dejar de reír: amistad, música, mujeres y hasta política. Y demostraron que no saben de vanidades.

"Estos no son dos egos, es un ego con dos cabezas", dijo Sabina mientras prendía un cigarrillo con las brasas del anterior y se quitaba el sombrero chambergo dejando su cabello desaliñado al descubierto.

"Yo empecé tocando la guitarra en el metro, cantando sus canciones, y tocarlas ahora junto a él en un escenario es un sueño que no me hubiera siquiera atrevido a soñar", confesó el andaluz al recordar que la idea de subirse al escenario juntos comenzó casi sin quererlo. "Era un plan de esos que se hacen a la noche, con copas de más y de hablar por hablar", dijo.

El periplo de los "Dos pájaros a tiro" comenzó el 29 de junio en España y culminará el 18 de diciembre en Buenos Aires luego de recorrer ochos países y ofrecer 75 conciertos de un tándem vocal en el que cada uno ha asumido al otro en una hermandad musical notable.

El secreto fue "meterse cada uno en la piel del otro y hurgar en las canciones ajenas y en las propias", dijo Serrat, quien aseguró que "no hubiéramos emprendido ninguno de los dos esta aventura con el otro si no hubiésemos tenido la certeza de que iba a funcionar".

Lo que siguió fue una sucesión de bromas y complicidades.

Los artistas adelantaron que ésta será su única gira compartida, porque "el encanto de todo esto pasa porque tiene una fecha de caducidad", dijo Serrat, y descartaron sentarse a componer juntos porque, explicó Sabina, "escribir canciones es una cosa misteriosa e individual".

Serrat anticipó que una vez que concluyan las presentaciones "habrá que iniciar vidas separadas", y dijo que espera "detener la inercia del trabajo de escenario" para "dedicarle más tiempo a mi mujer".

"Yo también quiero dedicarle más tiempo a su mujer", bromeó Sabina, que se dedicará a "hacer un disco, vaciar los cajones, editar un libro y por primera vez en muchos años tomar sol".

Siempre con humor, los españoles recordaron el mal trance que les hizo pasar su salud --Serrat padeció cáncer y Sabina de una profunda depresión--, lo que según el segundo los ha obligado a abandonar algunos viejos vicios.

"No hemos dejado de lado muchos vicios, los vicios nos han dejado a nosotros", lo corrigió Serrat.

"Esta es la gira más divertida de mi vida por la risa que hay sobre el escenario", confirmó Sabina lo que a simple vista resultaba obvio.

"Bueno, muchas gracias", casi gritó el músico a los periodistas que morían por continuar sometiéndolos a interrogatorio.

Y para que no quedaran dudas del final de la conferencia, Serrat anunció "ahora nos vamos a besar", y tomando la cara de su compañero entre las manos le estampó un besó en la boca. Y eso que minutos antes había dicho que lo único que cambiaría de Sabina era su aspecto: "Me gustaría que fuera más guapo".

ciudadenvivo/AP

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