jueves, 17 de enero de 2008

Otra Vez...


Viene El Casandra, y con ello la alfombra roja, ultimamente dorada...
De nuevo la “zafra” para los diseñadores que no dan abasto para suplir la demanda de los llamativos y lujosos vestuarios que usarán las damas que desfilarán por la pasarela.


Después de todo, los modistos son quienes más provecho y beneficio le sacan al ceremonial de El Casandra, porque no solo se ganan buen dinero con el diseño y confección de los costosos trajes, sino que también encuentran en el evento una magnífica oportunidad para mercadearse y adquirir publicidad cuando se eligen a las mejores vestidas.


No contentos con eso, algunos de ellos “pican” a las mismas mujeres a las que les han vendido sus trajes, cobrándoles por las publicaciones que de manera espontánea salen de ellas en la prensa.
Dicen que es por sus “relaciones públicas”.


Hay un gordito que es una “navaja” haciendo eso, y no lo decimos nosotros, sino las mismas chicas a quienes les cose.


Todo eso como resultado del intenso trabajo de los pendejos cronistas, los cuales después de todo, lo más que consiguen es que los sienten arriba en el balcón del teatro el día de la ceremonia.


Por cierto, algunos cronistas tienen la propuesta de que mejor deberían abrirles una carpa en los jardines del teatro, con una pantalla gigante y un barcito con tragos, para ver la ceremonia.


Eso sería mejor que el balcón, dice El Jabao.


Lo más duro de todo es escuchar a tanta gente despotricando en contra de los cronistas de arte.
Y esa misma gente es la que luego usted ve figureando, la noche de la ceremonia, hasta entregando premios.
Y los sacrificados cronistas?.

Muy bien, gracias...

ciudadenvivo/merengala

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